GARDENIAS DE MÓNICA MELGOZA / DRAMATURGIA VERACRUZANA
POR JOSÉ MANUEL LÓPEZMORA 4 MARZO 2025
Mónica Melgoza me envió la invitación para leer GARDENIAS y luego compartirle mis impresiones y sugerencias. Ya me lo había pedido meses previos, pero lo olvidé. Experimenté emoción, honor, privilegio y certeza; mismos que se fueron acrecentando durante la lectura y hasta unos días después de haber leído el texto. Yo nunca nunca… (como el juego) había leído un texto teatral de reciente creación y en proceso de producción.
Apenas conozco a Mónica de casi tres años en este ámbito teatrista veracruzano; hemos conversado sobre el teatro en el puerto, en la CdMx; y le agradezco mucho el haberme elegido como uno de los lectores externos al proceso de producción. En lo particular, muy sinceramente, creo que apenas pude intercambiar mis impresiones solo en el nivel Lector. Seguramente debe haber un rigor específico para emitir comentarios y crítica de nivel para comentar sobre una dramaturgia en montaje. Y lo digo porque me considero un espectador de teatro mas no un crítico teatral.
Cuando recibí el texto no me dio más referencias de nada, solo expresó “Tengo que presentar la lectura dramatizada el 19 de febrero, a la cual estás invitado también”. Pues bien, ese espacio humano llamado memoria o mente se vuelve un vasto espacio por llenar ante una lectura. El ejercicio de decodificación y comprensión lectora fue haciendo lo propio sobre la creación imaginativa como lector. Y construí con lo que la lectura fue permeándome: los rostros de las tres, las voces de las tres, las emociones de las tres, el jardín, la estancia, el comedor; construí una ambientación, diseñé gestos y reacciones de conducta ante el conmovible planteamiento dramático de Silvia, la principal de Gardenias.
El lenguaje de Gardenias exalta la fraternidad y compromiso entre las tres mujeres; exalta la femineidad que nunca se desdibuja durante todo el discurso teatral; exalta la franqueza aún más de lo transparente que han sido entre sí las tres mujeres. El lenguaje de Mónica Melgoza en Gardenias delinea con expresiones sencillas varios sobresaltos leves e instantes chuscos; vivencias sobre la pena, el abandono y la manipulación; suaviza la adversidad y la fatalidad con gestos deferentes y de confianza gracias a la estrecha amistad que viven Ángela y Rafaela por parte de Silvia ante su inminente final.
Los diálogos o parlamentos no van más allá que el de concentrarse en la fraternidad y el compromiso aceptado. El tono de la obra es de variados matices que introducirán al espectador en una onda dinámica de varios clímax. En el texto de Gardenias va implícito un homenaje a la fraternidad y a la paciencia férrea como la Templanza. Honran a las personas que se asuman como Rafaela y Ángela si ya estuvieron en situaciones similares a lo expresado en su actuar.
Gardenias y Mónica Melgoza crearon un lenguaje no del egocentrismo, por eso Silvia no finge ante la sociedad y no apela a la compasión de las fraternas; proponen la tesis de saber elegir a “su acompañamiento” para ese proceso liberador del dolor y lograrlo. Mónica Melgoza y Gardenias forjaron una teatralidad desde el constructo de que hoy o mañana se podría iniciar la ruta hacia nuestra muerte y se debe activar un plan de acción.
Estuve ante un texto en verdad muy robusto para la conciencia de los espectadores. Robusto más no asfixiante a la comprensión ni a la moralidad. No encontré titubeos ni suposiciones al respecto de la toma de decisión sobre la vida misma. Seguramente existen dramaturgias sobre “el bien-morir” —La etimología de la palabra Eutanasia es un bello eufemismo para regodearnos en la fascinación—. Reconocí que cuando tratas cualquier forma de morir en una obra de teatro es que debe impactar al público por lo que es inherente e inevitable en todo ser viviente.
Gardenias será, seguramente, una imprecación a los espectadores sobre su fortaleza y valentía ante la decisión de morirse. Es fácil romantizar el deseo de cómo queremos morir cuando estamos entre amigos y charlas familiares; y en esto, la autora, me fue amarrando con suavidad en esa reunión de amigas, para que fluyan los gustos, los placeres, las costumbres, la camaradería (con todas sus bondades y críticas), la heredad, los reconocimientos y los palmos contra la realidad. A muchos asistentes, esta lectura les reflejó o evocaron vivencias semejantes y cercanas, inevitablemente.
Gardenias expone, solo ante experiencias crónico-degenerativas, el penúltimo paso del proceso de interrumpir la vida en el plan de Silvia. La tesis desarrollada en la obra está justificada con argumentos de experiencias recopiladas por la autora. Gardenias podría ser ¡o debiera ser, mejor dicho! una obra motivadora para seguir proponiendo jurisprudencia. El polémico debate entre lo no-legal y la justa razón individual es lo que se espera con Gardenias. En principio, por tradiciones ancestrales no deberíamos de tenerle miedo al morir, porque morir es empezar la verdadera vida: Ya lo dijeron Nezahualcóyotl y Jesucristo cada uno en su contexto de origen. Cuando decimos que “La vida es efímera” partimos conscientemente de que al rato o mañana se puede estar muerto; más que en función de la edad. Y hasta aquí apenas este spoiler que no quería hacer.
La lectura en atril o dramatizada se escuchó acorde en los tonos y caracteres. Mónica Melgoza (Silvia), Tere Mendoza (Rafaela) y Arminda Vázquez (Ángela), con el profesionalismo que las distingue, expresaron lo propio y lo indicado según la propuesta del director Armando De la O Cabrera. Silvia es “la protagonista” pero un deseo personal me hace poner a Rafaela y a Ángela también como protagónicas solo por asumir los retos de lealtad y los desafíos a la que estarían dispuestas según la legislación de nuestro país. Es una manera de hacer contención con aquellos cuyas razones de morirse forjan la mejor decisión. Por eso, varias personas, seguiríamos construyendo una reflexión en torno a esta teatralidad: la toma de decisión de Silvia, Ángela y Rafaela, hermanas por elección, por contención, por lealtad. Ojalá en este país se pueda dar curso y validez a estos argumentos en futuro próximo.
El discurso de Gardenias durante su proceso escénico seguramente logrará un dinamismo que no dará motivo a la distracción. Se desarrolla en un solo acto y contiene acotaciones mínimas indispensables. Lo que el texto en sí dará licencia a los directores y creadores interesados para generar intenciones según la interpretación que conciban. La libertad creativa que siempre se busca en las artes escénicas está en este texto, como la libertad de Silvia en su circunstancia de muerte.
¡Nos veremos pronto!
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